lunes, 11 de abril de 2011

Infantiles con efecto retro


"Incorporar contenidos para chicos en la televisión abierta", dicta un inciso de la Ley de medios, pero no especifica más. Y aprovechando este "bache", los canales se lanzaron ahora a cumplir esta exigencia programando ciclos viejos, repeticiones y/o adaptaciones que no coinciden con los tiempos que corren.

Cuando la televisión decidió erradicar de la pantalla la materia prima infantil, los canales de cable aprovecharon el vacío y se fortalecieron para pasar a ser los emisores exclusivos de estos contenidos, generando grillas acordes a las expectativas, búsquedas y gustos de cada etapa de los más chicos.

Tomaron el poder de este segmento, sin sentirse amedrentados por el acecho del aire que pasó mucho tiempo sin acordarse de que en algún tiempo los niños acudían a los canales abiertos para buscar colores, jugarse por alguien, mirar dibujitos y sentir que allí había un lugar reservado para ellos.

Pero la aprobación de la Ley de Medios vino a romper con esta "división de bienes" y puso en debate la necesidad de que se empiecen a producir programas infantiles en los cinco canales de aire.

No obstante, el hecho de no decir cómo, de qué tipo y bajo qué condiciones hizo que las señales comenzaran a bucear en el archivo para rescatar lo viejo, no con la intención de sumar un público alejado, sino con el único propósito de cumplir.

En el caso de El Trece, reservó el espacio de la mañana -que no cuenta para el rating-, y además de programar dibujitos, puso en pantalla la repetición de Panam Corazón y Piñón Fijo, dos ciclos que se hicieron hace años y que están en discordancia con la época y las aspiraciones de un chico 2.0.

En cuanto a Canal 9, además de repetir dibujitos de la "prehistoria", estrenó una nueva versión de Carozo y Narizota, que aún cuando se produce en la actualidad, está muy lejos de subirse a la ola de "cosas para chicos" que se emiten en la TV Paga.

Y Telefe no se queda atrás, ya que hace algunos días reprogramó la última versión de Chiquititas con Jorgelina Aruzzi.

Claro está entonces que el marco legal no sirve en tanto y en cuanto no se especifique de qué modo acoplarse. Evidentemente el foco esta puesto en cumplir y no en sumar chicos a la tele de aire.

Indudablemente a los pibes de hoy no les llama la atención una rubia que canta y desafina, un payaso que habla de otros tiempos, o una historia con chiquititos con los que no se pueden identificar porque hoy rozan los veinte años.

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