viernes, 15 de abril de 2011

El final desde adentro


La puerta del Gran Rex casi desierta. Primera conclusión: la gente cumplió y llegó en el horario pautado, nosotros no. Todos esperando en sus butacas. Villarruel en el hall dando las últimas notas de prensa. Hay clima de fiesta.

Nos ubican en la séptima fila, estamos cerca de la pantalla. Me paro para ver si está lleno y corroboro que sí lo está. Suena “Afuera”, la cortina musical, y el público la tararea.

Sale una flaquísima y elegante Federica Pais al escenario y se refiere a un “hecho histórico para la TV Pública”, sugiere la compra masiva de carilinas para palear el llanto, y no se cansa de repetir que “esto es una fiesta” .

Toma por asalto el escenario el productor ejecutivo Gonzalo Otalora, un “agitador” de la primera hora que, con su “aguante Contra las cuerdas” desaforado, logra levantar a todos de sus asientos.

Pasa un breve contacto con 6-7-8 lleno de aplausos y “vivas”, y cunde una ansiedad que se siente, se huele y se escucha.

Nuevamente Federica para abrir formalmente el último programa, luego el resumen de lo sucedido hasta ahora, y más luego el repaso del penúltimo episodio

“Dale”, “que empiece”, “ya lo vimos”, se escucha. La espera se hace larga, la conductora intenta pilotear la situación, hasta que inicia una cuenta regresiva para cortar la cinta final.

Empieza el epílogo. Palmas para acompañar la presentación. El capítulo es en HD, y se nota. Tiene un despliegue escénico jamás visto en todo el ruedo, y un trabajo fotográfico detallado, intimista, súper logrado.

Hay suspenso por el desenlace, pero sucede lo esperable: los hermanos no han asesinado, la heroína queda en libertad, triunfan los “buenos” y caen los “malos.

El público premia la osada resolución con la ovación más importante de la noche. Sin embargo, a la hora del beso entre los amantes apasionados (De la Serna y Fandiño), silencio stampa; segunda conclusión: la gente quiere que Eze se quede con Lili (Manuela Pal), su mujer.

Pero Lili morirá, no es un secreto a voces, se sabe, morirá. Se despide de su “Eze”, y varios lloran, pero le dice “chau” a Hugo y se moquea más. Le pide a Ana que cuide de sus hijos, y se oyen algunos insultos hacia la amante. Muere.

Corte a placa y el previsible anuncio “Un tiempo después”. Eze pelea y gana. Ana es su nueva mujer y la palabra “fin” aparece en pantalla.

La gente se pone de pie. Nosotros también. Estallan los papelitos y se levanta el telón. Aparece el elenco. De la Serna y Ghione visten iguales, con traje negro, camisa blanca y sin corbata.

Las chicas de impecables vestidos. Roberto Carnaghi y Mario Alarcón reciben una ovación y se emocionan. Federica Pais los anuncia, y los aplausos crecen.

Menciona al protagonista y el Gran Rex se cae abajo. Histriónico Rodrigo juega a ser “boxeador” en el escenario, abraza efusivamente a sus compañeros y canta la canción de la tira.

Luce un corte de pelo “bien puntero” (la próxima ficción que hará) y es el preferido de la platea femenina. Regala un movimiento “pélvico” (por decirlo de alguna manera) y no hay más nada que decir.

Rodrigo, Maxi y Soledad se abrazan conjuntamente, y en medio de la emoción, De la Serna y Fandiño se dan un beso en la boca. Lo vio mi amiga y se hace responsable de sus dichos.

Habla Tristán Bauer, habla Martín Bonavetti, habla Claudio Villarruel, y canta Gonzalo Aloras. Más aplausos, actores revoleando y regalando remeras que dicen “si estás Contra las cuerdas, siempre hay una salida”. La quieren todos, pero no hay para todos.

Termina la función, todos salen contentos y nosotros también. Tercera conclusión.: Qué bueno que vinimos.

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