domingo, 3 de abril de 2011

100 efectivos y 3 controles para entrar a la fiesta de Luisana y Bublé. Detalles


Los cronistas eran miles, igual que los fotógrafos y los camarógrafos y les dieron sandwichitos de miga y algunas gaseosas, y sólo pudieron estar detrás de la valle a tres kilómetros y medio de dónde se desarrolló la boda de Luisana Lopilato y Michael Bublé en Cañuelas.
La Estancia Villa María fue una locura esta tarde-noche pero ya todo pasó. Los novios recorrieron esa distancia a eso de las nueve y hasta se dieron varios picos (algo que faltó en el Civil) para las fotos y a otra cosa. Ella divina con cabello recogido con cintas y vestido al cuerpo con caída en volados de Silvie Burstyn y el novio de Gucci, muy formal.
La exclusiva, decían, era para la revista People, que habría pagado fortuna (se habla del costo de la fiesta, casi U$S 400.000 y me parece demasiado) por las fotos y videos de toda la noche.
Lo cierto es que los controles para ingresar fueron estrictos e intensos:
. Afuera había más de 100 efectivos, con autos, motos y caballos
. Hubo un control de seguridad cada kilómetro desde la entrada con esticto control de cada invitado
.Un último control donde cada ocupante de los autos debía bajarse del vehículo y pasar por un scanner y dejar allí celulares y cualquier otro elemento con el que pudiera sacar fotos o videos.
.De allí lo acompañaban caminando 150 metros por un camino iluminado de piedras hasta llegar al salón.
.La ceremonia religiosa fue a las 20 y los novios estaban muy emocionados.
.Algunos invitados llegaron después como Georgina Barbarossa, que venía de hacer su función de “Chicago” o Adrian Suar que llegó sólo, con chofer, leyendo mails en el auto en una notebook y sin Griselda Siciliani que festejó su cumpleaños.
.Ricardo Montaner cantó durante más de una hora e hizo bailar a todos los invitados antes del segundo plato.
.El último en cantar con su banda fue el novio;
Michael Bublé le dedicó sus mejores temas de amor a Luisana.




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