miércoles, 24 de agosto de 2011

Gigi en EL ELEGIDO

Ayer en El elegido Paula Kohan protagonizó una de las escenas más fuertes que tuvo que atravesar Gigí: un parto y la expropiación de su hijo. A propósito, la actriz habló con Television.com.ar sobre esta escena y su personaje.

¿Cómo vivís el crecimiento que experimentó tu personaje?

En los últimos días vengo recibiendo muy lindos mensajes y creo que es porque le dieron como una vuelta de tuerca al personaje, que no va a seguir hasta el final de la tira porque se va a ir de una manera muy heroica.

¿Cómo te preparaste para la escena del parto y el robo de tu hijo?

Fue fuertísimo porque yo no tengo hijos y sólo podía tratar de traer la experiencia a mi cuerpo. Me pasó algo muy particular: cuando leía la escena instantáneamente pensé en las aristas más oscuras de nuestra sociedad. De alguna manera me vino muy en concreto la imagen de la Dictadura Militar, de la expropiación de los hijos, y cuando me puse a pensar en cómo actuarla, me anoté algunas palabras que me vinieron a la cabeza como “resignación”, “imposibilidad de acción”, “angustia profunda”, y todo lo tuve que expresar con un gesto concreto, la nada y el todo mismo. Además me encantó la propuesta de la cámara giratoria, los ojos idos y tan presentes, el gesto congelado y las lágrimas cayendo.

¿Qué sabe Gigí de lo que va a suceder con su bebé?

Concretamente ella sabe de qué va y los detalles se los va a ir enterando en los capítulos que vienen. Gigí no es tonta, pero tiene ingenuidad, y cuando la vida la choca con algo, no tiene dudas de accionar y enfrentarse sin miedo a la situación, es como que tiene una dualidad. Ella igualmente en el parto ya sabe para quien va ese bebé y por eso la resignación, porque sabe de la magnitud de los Nevares Sosa y Verónica, y se siente muy sola.

¿De dónde viene ella? ¿Cuál es su origen?

Ella tuvo una infancia no muy feliz; tengo la sensación de que el padre nunca estuvo, y de que es una persona que no fue querida, que no fue festejada cuando llegó, y un poco eso se nota en su cara. Yo en mi vida real sonrío todo el tiempo, pero a Gigí la planteé con un gesto de dolor. Junto a Adriana Lorenzón (la autora) le creé una historia muy fuerte, muy triste. Yo creo que el karma de Gigí era tener un hijo, formar una familia, y como es ingenua, elige los peores caminos como acostarse con David, pero fue la forma más cercana de concretar el sueño que ella tenía. Ella soñaba con tener una familia y el hecho de ser homosexual la condicionaba, y entonces buscó esta vuelta de tuerca.

¿Ama a Greta verdaderamente o la siente una madre?

Las dos cosas: yo creo que la ama y a la vez es un sostén, es la única manera que conoció de amar. No creo que haya amado muchas veces más, Greta debe haber sido la única…

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