martes, 28 de septiembre de 2010

6-7-8 por dentro

María Julia Oliván fue la cara y conductora de la primera etapa de 6-7-8. Hace 8 meses se desvinculó "porque creí en la discusión que se estaba dando, pero cuando las formas ya no me permitieron entender qué era lo que estabamos discutiendo, me fui", según escribe, y ahora decidió editar 678, La creación de otra realidad junto al sociólogo Pablo Alabarces.
El libro tiene 263 páginas, es una crónica de la cocina, con pocas revelaciones y mucho análisis semiológico sobre la construcción del discurso que el ciclo pretende dar.

Aquí, algunos extractos destacables:

“… Yo proponía invitados, pero en general la decisión la tomaba la producción. El programa está hecho por la producción, la cabeza es Gvirtz (productor general de 6-7-8), el conductor oculto, el editor, el ideólogo. El espacio de libertad, para mi, se mide en segundos que tenés de aire. Si son nueve personas las que tienen que hablar, habrá menos segundos que si son tres”.

“… En 6-7-8 el que marca la línea editorial en cámara se llama Diego Gvirtz, los demás sólo pueden contradecir o adherir lo que dice la línea editorial. Es como si los periodistas llegaran a la redacción de un diario que ya está escrito. Pero al que le pueden agregar comentarios al margen”.

“… Cuando conducía yo siempre me interesaban las intervenciones de Luciano Galende. Sin embargo, había una presión de la producción, para hacer intervenir a Barone que, a mi juicio, era el que cerraba los debates porque dice cosas tan extremistas – pensando en términos de duelo – que cierra las discusiones. Después de su intervención sólo se puede mandar al corte. Yo sentía que, después del informe, lo mejor era abrir el diálogo con Lucho”.

“… 6-7-8 es repetitivo a propósito; cuando yo planteaba a la producción la molestia que nos generaba presentar repetidamente los mismos informes, ellos respondían que querían machacar sobre sus ideas. Es como un intento pedagógico, o bien, como el nuevo programa de Víctor Hugo Morales, una bajada de línea directa”.

En su anexo, el libro tiene una entrevista a Diego Gvirtz, productor general del programa, en dónde entre otras cosas dice:

“… La idea del programa es mostrar, desde un lugar crítico, cómo se articula ese discurso hegemónico de los medios. En realidad, más que ser un programa político, 6-7-8 es un programa de medios, aunque en este momento hacer un programa de medios implica a la vez hacer un programa político”.

“… Las críticas a veces me causan gracia ¿No queremos una democracia con pluralidad de voces? ¿En qué otro lugar está la voz de 6-7-8? Si no está en Canal Siete, no tiene otro lugar dónde estar y es una voz de mucha gente. Si nosotros planteamos la pluralidad de voces, y el único lugar dónde puede estar en Canal Siete, entonces ese lugar es dónde tiene que estar. Si encontramos otro lugar, igual, mejor o un poco peor, con todo gusto nos mudamos. Que vengan con una propuesta de un canal privado y nos vamos. Si no, lo que están planteando, es que esa voz se calle

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