sábado, 19 de marzo de 2011

“Con El elegido ofrecemos calidad” entrevista de la web: television.com.ar


En medio de las buenas críticas que viene cosechando El elegido, respecto de sus libros y sus interpretaciones, Adriana Lorenzón, su autora, dialogó con Television.com.ar sobre estos puntos y más.

¿Qué significa estar apoyando a Echarri en esta primera incursión como productor?

Se fue dando todo junto. El elegido tiene una previa, que es una historia que se llamaba Pecadores, que era una telenovela más coral, con siete personajes, en fin, otra cosa, que es como el origen de la ficción. Y justo coincidió con que Pablo estaba sin hacer nada desde Montecristo y yo estaba terminando en Pol-ka, y nos encontramos, me dijo que tenía ganas de volver, le dije que yo estaba encantada de la vida si quería volver conmigo, y empezamos a pensar en una posibilidad diferente al hecho de presentarle una historia a un canal, porque Pablo tenía ganas de producir. Le dije que contaba conmigo, que significa que yo pongo el contenido, vos tenés la imagen, y hay que salir a buscar la plata, así que a eso nos dedicamos después.

¿Cómo continuó el proceso?

Así fue como empezaron a salir distintas posibilidades, primero fue Canal 9, y de hecho se cerró un pre-acuerdo, después apareció Telefe con una propuesta mucho mejor, y ahí decidimos ir a al canal. Pero fue un proceso que se fue dando todo junto porque, de algún modo, yo quería volver a las historias de autor (que no son de productor, sino creadas, originales, con ADN propio, y que está trabajado el argumento de principio a fin). En los últimos años el modo de trabajo es un punto de partida, y ahí vamos viendo, y El elegido es una historia que empieza, se desarrolla y termina, que ya tiene un final, que todo lo que está sucediendo ya estaba proyectado. Es decir que no damos manotazos de ahogado, hay una cantidad de líneas argumentales que ya estaban pensadas y que se irán desarrollando a lo largo de la tira.

¿Por qué El elegido tiene tan buena recepción en la crítica?

Yo creo que tiene que ver con no subestimar al público, con creer que el público puede seguir una historia y no darle todo hecho, que se puede enganchar con conflictos diferentes, que hay un crecimiento en cuanto a lo que ya conocemos del género. El hecho de tocar temas que rocen alguna línea social, como puede ser “el poder detrás del poder de los masones” o “el autismo” o “el lesbianismo”, “los obreros”, “los pueblos originarios”; hay una cantidad de condimentos que lo hacen un programa distinto, desde el respeto hacia el público: ofrecer calidad en un género en donde generalmente se quieren abaratar costos. Está bueno innovar en las formas, y no tanto en los contenidos de fondo, u ofrecerle al público una manera diferente de contar.

¿Cómo se logró una construcción tan rica de cada uno de los personajes?

Yo soy una convencida de que la televisión es el reino del personaje, y tal vez el cine sea más el reino de la historia, porque el televidente después recuerda personajes y no historias. Y yo armo mis historias teniendo en cuenta un orden de personajes, y dándole herramientas para que el actor no tenga que inventar y sólo tenga que darle su toque personal, que es lo que pasó acá: todos hicieron una maravilla de lo que ya había del personaje, pero había un personaje.

¿Los que hoy están fueron los “soñados” en primera instancia?

Te diría que el elenco está tal cual lo imaginamos de entrada. Hay dos o tres actores que no pudieron porque tenían otros compromisos, pero no porque no les gustaba la propuesta.


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