domingo, 31 de octubre de 2010

Carlos Rottemberg, Kirchner, los artistas y las vedetongas

A pedido de la revista Noticias el empresarioCarlos Rottemberg redactó una columna “Por qué el show no debe seguir” la tituló, que habla de lo que sintió y observó ante la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. Vale la pena rescatar este texto queresponde a quienes acusan a los artistas de defender el modelo kirchnerista sólo para sacar beneficios personales, entre otros temas.
“Desde el 2003 asistimos a un gran gobierno. Eso no me hizo en momento alguno apoyar irrestrictamente todo, pero mucho menos demoler cada uno de los tantos aciertos. No viene al caso enumerarlos en esta columna pero están en la calle, en la misma que a diario sufre también dificultades pero para las que sí existe una bocina magnífica de alta propalación.
Mi tarea empresaria teatral me vincula con los medios de comunicación. Por eso siento responsabilidad en interpelarlos.
Me hubiese encantado que el ex presidente Kirchner hubiera podido escuchar, leer y ver lo que se ha dicho en este primer día de luto sobre su persona. No de sus incondicionales seguidores sino del arco opositor de la política y de los medios que hasta un día antes lo calificaron con las agresiones más espantosas.
La muerte de Kirchner también permitió comprobar la cantidad de gente
talentosa y honesta del ámbito artístico que se abroqueló en la defensa de la continuidad de un modelo de país. No es común que eso ocurra dentro de estas profesiones tan expuestas a la opinión pública, menos aún cuando una de las maneras de atacar a esas personalidades fue hacer correr rumores de pagas por parte del gobierno, usinas generadas por quienes sí lo practican de otras arcas.
Al gobierno de Néstor Kirchenr se le pegó desde temprano desde algún editorial furioso promoviendo su fracaso. Se instaló desde el primer día que su gobierno era manejado por su esposa. Claro que cuando en el 2007 fue ella quien asumió, el mensaje se invirtió. El tema fue pegarles para dejarlos heridos.
En mi condición de empresario teatral me inculcaron que el show debe seguir. Una cosa es la frivolidad de una actividad que lo resiste y otra la responsabilidad institucional de una nación.
Justamente por eso la muerte de Kirchner no es un show, aunque ya circulen cadenas de correos de indignante humor. Y lo que sí debe seguir es el apoyo irrestricto a la presidenta cuidándola de tanta vedetonga de cuarta a las que les gustaría verla caer del escenario.


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