viernes, 30 de abril de 2010

muriel santa ana//entrevista//

Me despido en el mejor momento mío, de Lucía y del programa. Terminamos con mucha felicidad, coronando este final con el reconocimiento de las nueve nominaciones al Martín Fierro. A mí Lucía González me cambió la vida, me permitió hacer un montón de cosas. Lo que me propuse es que me creyeran que era Lucía, nunca pensé ni en los premios, ni en la crítica.

¿Qué opinás de la adhesión que cosechó Ciega a citas fuera de pantalla? (redes sociales, boca a boca, crítica, etc)

Me parece que hay varias cosas que han convergido. Principalmente hay algo de originalidad porque es una tira surgida de un blog, y ahí me parece que radica su encanto original. También la historia de Lucía González, que ya fue definida por la autora del blog con mucha claridad, y se diferencia de lo que sucede en las tiras de los canales fuertes, en donde van orientando la historia de acuerdo a los resultados que obtienen. Y esta tira no sufrió este tipo de embates. A su vez suma el encanto de esta antiheroina, simpática y antipática, con su compendio de defectos, con sobrepeso, sintiéndose torturada por la madre. Y esta identificación es la que llevó al fanatismo. Inclusive con la historia de amor que es más normal, porque en las telenovelas tradicionales los protagonistas hacen el amor en el capítulo 30, y después se separan durante 70 capítulos, y hay muertes, amputaciones y accidentes, que acá no hay.

¿Creés que el hecho de haberte ganado un protagónico por talento y no por popularidad, y haber salido airosa, marca un precedente para las propuestas venideras?

Ojalá que sí. Me encantaría. Y no por juzgar lo anterior, lo conocido y lo que siempre ha funcionado. No nos olvidemos que la televisión es un negocio: convocar a una figura preciosa, con gran atractivo en la gente, no es menor. Yo no tengo un prejuicio con respecto a eso. Pero cuado yo empecé a presentir la repercusión de mi personaje pensé: “Ojalá que esto sirva para cambiar la mirada sobre el trabajo del actor en televisión, sobre la mujer, sobre la belleza”. Es más, yo pedía que el ángulo de cámara no me favoreciera, lo que no hay que hacer, yo pedí que se hiciera.

¿Quedaste conforme con el final?

Cuando leí el último libro, la llamé a Marta Betoldi (la autora) y le dije “no puedo creer lo que escribiste”. Lamentablemente no puedo adelantar nada, pero puedo decir es que termina bien, pero es algo que no se hizo nunca. El final de este programa es insólito.

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