domingo, 3 de julio de 2011

Un viejo conocido que “vino con sorpresas”


No sólo repetir un nombre, sino una marca. Abrir el “arcón de los recuerdos” para contentar a los melancólicos, pero darle también una vuelta de tuerca. Responder a las críticas elegantemente y hacer un programa como los que hoy no hay.

Fue uno de los regresos más esperados –sino el más esperado- y la expectativa tenía su doble justificación: ver a Nicolás Repetto en su reincidencia televisiva, pero también volver a ver Sábado Bus.

Finalmente la persiana se abrió y, desde el minuto cero- puntualmente a las 20.30 hs-, se desplegó un mundo visual realmente interesante. Una maxi escenografía para destilar modernismo, elegancia y glamour, algunas imágenes retrospectivas para generar un código con el viejo espectador, una buena animación copando el estudio y el sonar de una banda entonando la versión aggiornada del “Saracatunga”.

Primera jugada arriesgada si se tiene en cuenta que hubo más de dos minutos de esta antesala de la que el conductor no formó parte. Transcurrido este tiempo, se bajó del bus como lo hacía antes y con la calidad de siempre, se plantó en medio de la escena y demostró que, a pesar de las críticas y traspiés, es de lo mejor en conducción.

No se lo vio nervioso, no furció y, desde que apareció, comenzó una carrera hablada que nunca abandonó. Además puso en tema la palabra “éxito” – que tanto le machacan- y, con ayuda de Andrés Repetto, su hermano, dejó picando una dicotomía: “hacer lo que te hace feliz o atender al minuto a minuto”.

Después, más rápido que furioso, presentó a sus comensales -4 actores, un futbolista, un músico, un DT, una modelo y una vedette- y los invitó a pasar a una mesa que tal vez haya sido uno de los mayores desaciertos: demasiado grande, demasiado fría.

Hubo algunos silencios incómodos hasta que Repetto tomó la batuta y comenzó a manejar a la banda. En efecto, hubo media hora de charla sin comida, ni secciones, en la que el conductor pudo destacarse como entrevistador.

De lo de antes hubo de todo: el cántico “otra oportunidad, otra oportunidad”, la cámarita para viajar por la cocina, el menú a elección, el bolillero, el portfolio, el Macho Bus, el corchito y más, pero también hubo sorpresas para adornar lo viejo, y sorpresas para sorprender al viejo televidente que creía haberlo visto todo.

La primera fue el look de Repetto, que con un corte de pelo distinto al de la promoción pudo generar el primer impacto, la segunda fue la tribuna, y la tercera, la moto que se le regaló a Chechu Bonelli, primera eliminada del “corchito”.

Sorpresivo fue para Echarri el mensaje de Bochini, pero más sorpresivo fue para el televidente no verla a Nancy Dupláa, que más luego – ¿a propósito?- apareció en la pantalla de la cocina para sorprenderlo, en medio de los rumores de crisis entre ambos.

También fue sorpresa el destino de viaje para Bonelli, la aparición de Salazar en una caja de muñecas, y que haya "Rewind," y no "Remo", cuando el primero se parece mucho al segundo.

Para destacar, algunas caras que mostró Nico en este regreso, como la chicana de los “fideos con tuco” y sus ganas de abrir la puerta de su intimidad y contar que fue novio de Cecilia Roth hace 25 años, más la aplicada intervención de la banda musical y el segmento "Un sentimiento inolvidable".

A su vez, la súper producción de un ciclo que se opone a la improvisación y piensa “cuasi artesanalmente” momentos de lucimiento para todos los invitados.

Para criticar, algunos problemas de audio, la "Muñeca Bus" que desentona con el resto de los segmentos y la mal distribución de los tiempos, que hizo que hubiera más de media hora de “charla muerta” y que luego se deba compilar todo en poco tiempo.

Una apuesta distinta para los sábados a la noche, en un horario razonable – no las 23 hs. como el Nico trasnochadode 2010-, con una invitación a ver un programa blanco, cómodo, agradable, sin escándalos, ni ataques.

El viejo conocido Sábado Bus está de vuelta y la idea no es que evite mostrar su “historia clínica”, sino que la muestre, aunque más no sea con sorpresas incluidas.

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