Qué bueno que Natalia Oreiro acepte correr riesgos y se haya dejado tentar por Martín Sastre, este artista uruguayo, para filmar “Miss Tacuarembó“, una película por momentos pop, por otros kitch y siempre centrada en los treinta años de vida de una nena convertida en mujer, de la que (como en las buenas novelas) conoceremos en el tiempo indicado su real identidad.
Entre Rossy de Palma como conductora de un creíble y patético talk show, un parque de diversiones -”Cristo Park”- en el que agoniza la frustrada nativa uruguaya que sueña con ser famosa y la bendición del Cristo Mike Amigorena (delicioso número musical con Natalia) y de Cristal, la auténtica Jeanette Rodriguez; hay idas y vueltas de la infancia a la adolescencia y la adultez de esta soñadora Natalia a la que persigue su propio fantasma convertido en una devota al estilo Cruela de Vil (magistral caracterización de la misma Oreiro).
Las hermanas Melina y Julieta Petriella y Diego Reinhold completan un elenco con múltiples cameos, desde el director hasta el compositor de los temas musicales, Ale Sergi, lider de Miranda! y el de Graciela Borges, la rica de Tacuarembó y dueña de los mejores perfumes y un secreto escondido.
Divertida, creativa, con canciones para disfrutar y clips para reírse, homenajes a los iconos de los ochenta, los Parchís o Flashdance; esta película es ideal para bailar en la platea, comer un rico pochoclo y descubrir a un talentoso director que en su opera prima marca un muy buen rumbo en esta coproducción entre Argentina, Uruguay y España.
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