Seguramente este ciclo pasará a la historia por su modo de definir una (su) posición y defenderla desde todos los ángulos: por medio de las voces de su equipo, a través de los informes y también desde la selección musical.
Siguiendo esta premisa, la producción despliega en cada programa una colección no azarosa que, visiblemente, refuerza el mensaje proclamado. Un repertorio de canciones que alientan el positivismo, enaltecen la alegría y se refieren a la multiplicidad. Aquí un compilado:
“Que viva la gente que tenga y ponga, buena onda”, suena en la voz de los Pimpinela, a la hora de musicalizar las fotos enviadas por los televidentes. Del mismo modo que “La vida es un carnaval”, en la garganta de Celia Cruz.
“El farolito” y la palabra “ilusión” de Los Piojos se incluyen en el listado, así como también “Me doy cuenta” de Dread Mar I y su “se ríen y se burlan, nos tratan como tontos…ya hace tiempo que abrimos nuestros ojos”.
No dejan de sonar tampoco “El misterioso dragón” (“si queremos empezar a construir la paz…”) y “Míralo de este modo” (“sopla un viento de libertad”) de Víctor Heredia.
Asimismo, el “tengo un mundo de sanciones” de Sandro, el “Para la libertad”, de Joan Manuel Serrat y el “No me arrepiento de este amor”, de “Ataque 77”.
También el “Waka- Waka” de Shakira que, por el contexto mundialista que se vive en estos días, se ha convertido en la cortina inaugural del ciclo.
Y se agregan a este concierto selectivo, los considerados (por ellos) himnos del ciclo: “Juguetes perdidos”(“Banderas en tu corazón…”), de Los Redonditos de Ricota y “Tratando de crecer”, de Juan Carlos Baglietto, con su estribillo -“todavía tengo en mente cambiar algo”- como estandarte.
La música también dice lo que ellos dicen, y hasta a veces más. Editorializa.
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