Santiago del Moro “Renovar contrato hasta 2013 implica que a América le intereso como conductor”

¿El contrato implica Infama hasta 2013 o sólo vos como figura?

Firmé este contrato el martes, y hay que ubicarlo en el contexto de esta tele. Yo cuando empecé Infama en agosto de 2008, tenía contrato por un mes nada más. Y después la cosa se fue estirando, así que sí el programa sigue funcionando como hasta ahora, tenemos programa para rato. Lo importante es que el canal confía nuevamente en mí y me da la posibilidad de firmar un contrato, y yo mientras tanto trato de trabajar el día a día. Y creo que sí seguimos funcionando como hasta el momento, Infama seguirá. Esta firma implica una necesidad del canal de querer seguir con el programa, de demostrar que les intereso yo como conductor; y yo, al asumir ese compromiso, unas ganas de estar y crecer ahí.

¿Tenés asegurados los tres años de continuidad en el aire?

Sí, existe una cláusula dentro del contrato en donde se asegura la continuidad. Y más allá de eso yo sigo siendo un conductor nuevo y está buenísimo que alguien apueste a mí, y América es el canal que me está dando esta gran oportunidad. A mí me divierte lo que hago y lo hago con responsabilidad y pasión: nunca me tomo vacaciones y no falto, y es una manera de agradecer la oportunidad. Lo que más me costaba de firmar un contrato a largo plazo era la inestabilidad que vivimos en este país.

¿Cómo asumís el retorno de Infama a la segunda tarde?

Lo que sucede es que desde antes de arribar al horario de la noche, yo ya sabía que a partir de marzo volvíamos a las seis. De hecho hay contratos firmados para que los programas de GP estén a esa hora y por ese motivo nosotros siempre supimos que volvíamos a las seis de la tarde. Paralelamente a eso, estoy fascinado y orgulloso por el equipo, por mí, por el programa y por lo que hemos trabajado, porque pudimos funcionar tanto a la tarde como a la noche, y eso habla muy bien del programa y del grupo de trabajo. Después, lo que decida hacer el canal con nosotros, es una decisión de ellos. Yo tengo la obligación de hacer el mejor programa que pueda a las seis, a las ocho o a las diez de la noche. Yo me adapto al horario que me dan y le voy encontrando todo el tiempo la vuelta.