martes, 19 de abril de 2011

Sr. y Sra. Camas: Sin coincidencias

Después de 25 años se produjo la primera ficción en las instalaciones de Canal Siete. Esto significa un éxito para esa parte de la sociedad que se propuso cambiar la imagen del canal transformándolo en una opción competitiva.

Sin embargo, el producto no colmó las expectativas que sembró. Sr y Sra. Camas presenta una estética kish, repleta de colores y utilería que se acerca más a una creación de Cris Morena Group que a una ficción del prime time.

El primer episodio de Sr. y Sra. Camas se presentó como un tipo de comedia inusual para su horario. El transfondo musical y las representaciones exageradas de los personajes, pusieron en escena varios elementos pertenecientes a la novela infantil/juvenil.

Los protagonistas de la tira habitan un mundo irreal que no llega a la fantasía y que rompe el pacto con el televidente adulto. ¿Por qué, para empezar, estos personajes no pueden hablar como personas normales? Su universo sobreornamental se completa con paredes fucsia, pelucas multicolores y vestuario teatral.

Si bien parecía que “la nueva” Florencia Peña había decidido inaugurar una actriz y productora novedosa, apenas logró repetirse. Compuso una Sra. Camas desopilante y gritona: otra vez, el humor absurdo, casi burdo, que ya practicó (mejor) en las sitcom de Telefé.

Sí es necesario reconocer un trabajo laborioso en cuanto a la composición de escenarios, vestuarios, maquillajes e inclusiones gráficas. Apostaron a un todo o nada y no coincidió la estética con la narración, el humor con el horario, los guiones con el concepto de verosimilitud.


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